Tiempos del ayuno.
El año de la Hegira se
basa en un calendario puramente lunar: cada mes comienza con la aparición en el
horizonte de la luna nueva al crepúsculo, fenómeno que se repite todos los días
veintinueve o treinta. El año tiene en números redondos trescientos cincuenta y
cuatro días. El año cristiano es un año solar y después de los cálculos
gregorianos, tiene normalmente trescientos sesenta y cinco días. Por lo tanto,
el Ramadán comienza cada año alrededor de once días antes que el año anterior.
(…) Así, sucesivamente. Sin embargo, puede haber una diferencia de un día entre
los países del Este y el Oeste, pues todo depende de la posición de la luna y
de su nacimiento, es decir, del momento en que aparece en el horizonte de un
determinado país.
Como se sabe, la luna se
forma a lo largo de sus traslaciones alrededor de la tierra y si las
traslaciones de la tierra no corresponden al momento previsto el nuevo mes
comienza un día mas tarde.
Como la naturaleza no es
uniforme, el Islam no intenta hacer ayunar a todos los musulmanes el mismo día
y mucho menos aun hacerles comenzar su ayuno en el mismo momento, ya que de
hecho, cuando es de día en Suiza es de noche en América y viceversa, puesto que
por cada mil millas le corresponden una diferencia de alrededor una hora.
Por análogas razones, el
mes de Ramadán se encuentra situado, sucesivamente, en todas las estaciones y
si es invierno en los países del norte del Ecuador, será verano en los países
situados al sur de esta línea.
En segundo lugar, si la
duración del día y la noche es mas o menos la misma en los alrededores del
Ecuador, esto no ocurre así cuando se sube hacia los Polos. Por esta razón, ha
sido preciso buscar soluciones particulares y los teólogos las han encontrado.
Se verán más detalles acerca de esto en obras mas completas como la
"Introducción al Islam", publicada por el Centro Cultural Islámico de
París, además de otras.
Métodos del Ayuno.
El ayuno comprende la
expresión de la intención de ayunar y el hecho de abstenerse de comer y beber
desde el alba (alrededor de una hora y media antes de la salida del sol), hasta
el crepúsculo.
Entre el crepúsculo y el
alba, ningún limite esta fijado para nuestras necesidades y deseos normales. La
vida de familia no esta prohibida. En cuanto a las comidas, el Santo Profeta ha
recomendado que se tome una comida normal de noche (Iftar) al ponerse el sol y
una comida ligera, justo antes del alba (Sahur). Como para el comienzo del
ayuno se emplea una formula para contener la intención de romperle a la puesta
del sol: se recuerda que el Santo Profeta decía al romper su ayuno,
"¡Dios, por TI he ayunado, en TI he creído y con tu alimento y rompo mi
ayuno. Acepta mi acción, oh, Dios!"
Puede ocurrir que, por
olvido involuntario, se coma o beba. Esto no afecta de ningún modo la validez
del día de ayuno. En el instante en que alguien se acuerde que es un día de
ayuno, se debe dejar de comer y beber.
Durante el ayuno, el
baño no tiene ningún efecto contraproducente. Incluso es recomendado para la
oración del viernes.
Cuando se hacen
abluciones, se debe enjuagar la boca con agua. Esto no interrumpe el ayuno.
Los menores están
exentos de ayuno. Los enfermos, si son ricos, deben en lugar de ayunar,
alimentar a un pobre por cada día de ayuno. Salvo estas excepciones, todo
adulto musulmán, hombre o mujer, esta considerado por la religión como
ayunador, cada día del Ramadán. Los enfermos y los viajeros tienen derecho a
atrasar el ayuno el tiempo que dure su impedimento, hasta una ocasión más
conveniente. Las mujeres no deben ayunar durante la menstruación.
Normalmente el ayuno no
debe alterar las ocupaciones cotidianas y no debe servir de pretexto para
olvidar las obligaciones. El Islam no lo aprueba nunca -y pide menos aun- que
se vele toda la noche y que a continuación los días se pasen durmiendo
indolentemente. El ayuno implica un esfuerzo suplementar y el cumplimiento de
los deberes cotidianos y a veces mas aun: oraciones y caridad son más
importantes que de costumbre. Y todo esto sin comida ni bebida.
PRESCRIPCIONES DIVERSAS.
Como se ha dicho
anteriormente, la primera revelación fue hecha al Santo Profeta Muhammad en el
mes de Ramadán. Por consiguiente, conviene dedicar mas tiempo al estudio del
Sagrado Corán, cuando estamos ayunando.
Para aquellos que no
saben árabe, existen traducciones en casi todas las lenguas más importantes del
mundo. Una traducción hecha por un musulmán ortodoxo y piadoso tiene mas
posibilidades que otra de ser más fiel. Si es posible, es preciso leer al menos
una vez el Corán entero en el periodo de un mes.
Al final del mes de
ayuno, tiene lugar la gran fiesta del primer día de Sawwal.
De madrugada se recita
unas oraciones en común, que van seguidas de un sermón pronunciado por el Imam.
Para esta ocasión el Santo Profeta ha recomendado al pueblo desayunar antes de
dirigirse al lugar donde se dice la oración en común.
Es igualmente un deber
religioso para los musulmanes dar de comer a un pobre. En la antigüedad, no
solo se distribuían dátiles y frutas secas, sino también trigo sin cocer,
arroz, etc. La intención de este gesto es la de promover la caridad, que debe
ser individual y privada, libre de toda ostentación.
El Profeta dijo que Dios
ha dicho: "Para todo acto de caridad yo he ordenado una recompensa, (según
la sinceridad con que se esté haciendo este acto), de diez a setecientas veces
su valor, a excepción del ayuno que es para MÍ y Yo mismo lo recompensare, pues
se abandonan deseos y alimentos sólo por MÍ"
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(*) Hace referencia a
los ancianos y embarazadas que no estando de viaje, ni enfermos, se ven
obligados por su debilidad física a quebrantar el ayuno.
(**) Que por huelgas u
otras causas pueden desabastecer el mercado durante ciertos periodos de tiempo.
Fuente: nurelislam