Mezquita de la Meca, Hajj #Ramadan2013

martes, 2 de julio de 2013

¿Por qué el ayuno? #Ramadan2013 ☪☝

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Todas las civilizaciones de cualquier otra época, y todas las religiones, han impuesto a sus adeptos algunos días de ayuno al año.

¿Por qué?. ¿Era esto una simple superstición o esta practica trae consigo alguna ventaja?
Vivimos en un tiempo donde cada ciudadano, rico o pobre, puede tener acceso a la educación y nuestros gobiernos no han tenido que imponernos la practica de nuestros deberes espirituales.
Puede ser, pues, útil saber si este antiguo deber de ayunar sigue siendo aun de interés para la sociedad. El estudio preliminar y objetivo de este asunto incumbe tanto mas a los musulmanes, cuanto que este no viene dictado solamente por la razón, sino por el Corán, que ese el fundamento mismo del Islam.
En efecto, no existe un solo deber espiritual impuesto por el Corán que no vaya acompañado de una acto de razón, de meditación, de reflexión, con el fin de que el hombre quede convencido de que le beneficia cumplirlo.
Repetidas veces, el Corán exhorta a no seguir ciegamente las costumbres de nuestros antepasados, induciéndonos a pensar por nosotros mismos, para que podamos con toda justicia ser personalmente responsables de nuestros actos.
El hombre no debe actuar solamente por instinto, como los animales, sino por acción de su voluntad, como conviene a un ser a quien Dios le concedió la razón, siendo esta, excepción entre todos lo seres vivos.
El hombre no debe entregarse jamas a practicas oscurantistas y engañosas que hagan abstracción de la razón en la religión, ni creer por el solo hecho de creer, sin convicción real.
Ciertamente, los temperamentos difieren entre los individuos y no todos los hombres tienen las mismas aspiraciones. El sabio, antes de realizar cualquier acción, se asegura de que su objeto tiene una utilidad material. Un piadoso ermitaño, por el contrario no busca más que las ventajas espirituales y la salvación en el más allá, sin sentir la inquietud por lo que esto supone.
En estas dos categorías, el número de los que llevan las cosas hasta ese extremo, es muy limitado; la mayoría de los seres humanos en el mundo entero prefieren la felicidad en el más allá, como en la tierra.
Ante ese doble punto de vista, el Islam se inclina por la forma que establece las necesidades del hombre y el Corán (2:201) ensalza a los que ruegan a Dios diciendo:
"Oh, Señor. Concédenos la gracia de este mundo y la del futuro, y presérvanos del tormento infernal".
Este es el ideal que intenta inculcar el Islam.
Como el ayuno es por impuesto del Corán mismo ¿nos corresponde a nosotros investigar sobre el bien que Él nos procura en este mundo y en el otro?
Debemos hacerlo, tanto más cuanto que el hombre no es únicamente cuerpo, ni únicamente espíritu, ambos unidos y la consecución del bien exclusivo del uno y no del otro, destruiría el equilibrio; en consecuencia el interés verdadero del hombre exige la armonía entre el cuerpo y el alma y su asociación.
Si no trabajamos mas que por el espíritu, nos volveríamos ángeles, incluso, más que eso. Por otra parte, Dios ha creado los suficientes como para no necesitar aumentar el número de ellos.
De igual forma, si toda nuestra energía invertida en un afán de lucro, de intereses egoístas, nos volveríamos bestias y demonios, incluso sobrepasando a estos en el mal; Dios ha creado ya otros seres vivos de esta especie, y contando entre bestias y demonios alteraríamos el equilibrio de la creación de los seres humanos, dotados de las capacidades necesarias para desarrollar los valores espirituales y materiales propios de nuestra condición, suficientes para distinguir el bien y el mal.
En consecuencia, el hombre debe desarrollarse y coordinar todas sus cualidades armoniosamente, pues Dios se lo ha concedido.
Antes de intentar penetrar en los principios fundamentales del ayuno, escuchemos los términos precisos en los cuales el Sagrado Corán establece este decreto.


EL AYUNO Y EL CORAN.
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He aquí, lo que dice Dios respecto al ayuno: "¡Oh, creyentes!. Os esta prescrito el ayuno, tal como fue prescrito a vuestros antepasados, para que le temáis. Ayunareis determinados días, pero quien de vosotros no cumpla por hallarse enfermo o de viaje, ayunara después el mismo numero de días. Más, quien, no pudiendo cumplir este precepto, (*) el quebrante, se redimirá alimentando a un menesteroso, pero, quien haga esto espontáneamente, será mejor para él; mas si ayunáis, será preferible para vosotros, si lo sabéis. El mes de Ramadán en que fue revelado el Corán, guía de la Humanidad y Evidencia de la guía y la discriminación. Por consiguiente, quien de vosotros presencie el novilunio de dicho mes, deberá ayunar; después, el mismo numero de días. Dios os desea la comodidad y no la dificultad para que Podáis cumplir el término y glorifiquéis a Dios por haberos iluminado, a fin de que se lo agradezcáis". (Corán 2: 183-5)
Al principio de este texto, se ha dicho que el ayuno es igualmente recomendado por otras religiones. Veamos, pues, las que nos conducen a este propósito. Una comparación con el Islam no carecerá de interés.

EL AYUNO EN LAS OTRAS RELIGIONES.
El Islam se considera como la Verdad y Guía revelada a la Humanidad en diversas ocasiones por medio de Profetas que se han sucedido; su misión consistía en revitalizar la verdad eterna y purificar las aportaciones últimas que no emanan de su fundador; el enviado que ha recibido la inspiración divina para guiar a su pueblo.
Sabeísmo.
Abraham, de grata memoria, fue enviado como Profeta a los Sabeos del Irak. Los sabeos de Harrán observaban un ayuno de treinta días, sin comer ni beber desde la salida hasta la puesta del sol, y esto como ofrenda a la luna (Cf. Encyclopedia of Religions and Ethics. Vol.5, pag. 764, articulo sobre "Harrianos" citado por Chowolson, Sabier y Sabismus II, 711, 226).
El Corán (41:37) prohíbe adorar al solo o la luna, pero ordena la adoración a quien los ha creado. Asimismo ha prescrito un mes de ayuno, lo que significa la restauración del Hinifismo, o la verdadera religión del Profeta Abraham.

Judaísmo.
Los más piadosos entre los judíos ayunan cada lunes y cada jueves y afirman que Moisés, bendita sea su memoria, subió al monte Sinaí un lunes y volvió un jueves (Cf. Encyclopedia of Religions and Ethics, V, 765). El Islam prescribe igualmente este ayuno como un acto dadivoso y meritorio, que no es por lo tanto obligatorio para cada uno. Los judíos ayunan igualmente 24 horas en memoria de la salida de Egipto, el día 10 del mes de Tisri.
El ayuno como dadiva, el 10 del mes de Muharram, llamado asura entre los musulmanes, procede de tiempos del Santo Profeta Muhammad y no tiene relación alguna con el homicidio del 'Imam Husayn…. Sin embargo, el ayuno durante veinticuatro horas, era demasiado largo y representa un gran sacrificio, fue reducido desde la aurora hasta la puesta de sol con el fin de que muchos creyentes puedan conformemente cumplirlo.

Cristianismo.
Los primeros cristianos observaban la Cuaresma (seis semanas, domingos excluidos), es decir, que 36 días estaban dedicados a la abstinencia y a la penitencia en memoria de Cristo (Jesús), que la paz de Dios este con el, que de esta forma pasó su infancia desierto (Encyclop. Rel. and Eth., V, 769). Creían que este periodo representaba la sexta parte de un año completo. A título de impuesto religioso pagaban parte de sus bienes. También pagaban impuestos por los alimentos y las bebidas. El Santo Profeta ha dicho también: "Quien ayune todo el mes de Ramadán y añada seis días del mes siguiente, Sawwal, es como si ayunase todo un año".
Esto también hace treinta y seis días. Y el Corán dice (6:16): Quien haya practicado el bien será recompensado diez veces…"
Se sabe que el mes lunar tiene de 29 a 30 días y el año lunar es alrededor, de 354 días. Si ayunamos un año durante 29 días + = 35 días y otro año durante 30 días + = 36, el mérito aumentara diez veces y será alternamente de 350 y de 360 días lo que, en efecto, corresponde al año lunar completo de los musulmanes.
Entre los cristianos no es de esta forma, ya que observan el año solar, y este tiene siempre mas de 360 días, si se multiplica la cuaresma por diez.
Esto basta para probar que el ayuno corresponde de hecho, con lo que dice el Sagrado Corán.
Existe también un ayuno en las religiones hindúes, budistas y otras, pero en ninguna parte es observado como entre los musulmanes. Otro punto curioso es el versículo del Corán que prescribe el ayuno y que despierta nuestra atención, en un tono de indecisión aparente:
"Podríais así escapar del mal… y puede ser que se lo agradezcáis".
¿Por qué esta vaguedad y no una mayor rotundidez?. Se da en tal afirmación el carácter del estilo del Corán, se vuelve a encontrar con mentes recuperadas. De esto podemos deducir al menos dos cosas: ante todo, la Omnipotencia de Dios, que puede hacer lo que quiere, y a pesar del culto que le rendimos, no esta obligado a hacer con nosotros lo que nos apetezca. En segundo lugar, el libre albedrío del hombre: Dios enseña a través del Corán, pero depende de cada uno de nosotros el aprender o no -sobre los efectos del ayuno- puede inspirar el temor de Dios a ciertos lectores y oyentes, mientras que, otros, perseveran en su obstinación.




La otra alusión contenida en el mismo versículo, referente a la gratitud, puede implicar diferentes cosas: que el verdadero reconocimiento no depende del aspecto exterior del ayuno o de la abstinencia de alimentos o de bebidas, sino que el ayuno debe estar desprovisto de toda ostentación, de cualquier otro mal, etc.
Que el ayuno no es el único método para probar nuestra gratitud hacia Dios, sino hay otros medios que deben ser escrupulosamente empleados, con el fin de que nuestra gratitud hacia Dios sea real y se cumpla nuestro deber hacia nuestro Señor.
El tercer punto que llama nuestra atención de este versículo es la preocupación, constantemente presentada en la ley del Islam, de facilitar las cosas a los fieles. Esta ley hace concesiones, no solamente a los enfermos, sino también a los viajeros, pero pueden hacerlo en una ocasión mas propicia. Nuestro ayuno no se hace en interés de Dios, sino en nuestro propio interés. Forzando a un enfermo a ayunar se puede agravar su mal e incluso acarrearle la muerte. El Islam no es duro y cruel, sino indulgente.