Mezquita de la Meca, Hajj #Ramadan2013

viernes, 27 de julio de 2012

Islam: Ramadán, datos para saber o recordar _parte II - Ramadan, le savoir ou se rappeler des données pour la partie II



Allah dice en el Qur ‘an: ¡Oh, vosotros que habéis llegado a creer! se os ha prescrito el ayuno como se les prescribió a los que os precedieron, para que os mantengáis consientes de Dios (Bacara/183)

¿Que es ayuno? ¿Cual es la diferencia entre el ayuno de los musulmanes en Ramadán y el ayuno de otra fe? ¿Qué se gana realmente con el ayuno? ¿Por que debe “atormentar” uno su cuerpo?... Estas son algunas preguntas que la gente nos pregunta debido a la fascinación que les provoca esta práctica islámica.

Es importante saber que “ayuno” en Árabe se llama “sawm”, que significa abstinencia.

El ayuno en el mes de Ramadán, el mes noveno del calendario lunar islámico, es uno de los cinco pilares sobre los que se construye la “casa” de Islam. Durante este mes cada musulmán sano es requerido a hacer “sawm” diariamente desde el alba hasta el crepúsculo. Es una institución para acercarse a la excelencia del carácter espiritual de los seres humanos.
El objetivo de ayuno es ayudar a obtener el autocontrol, la autopurificación y conocimiento de Dios, la compasión, el espíritu de cuidar a los demás y compartir el amor de Dios con los demás seres humanos. Es una costumbre universal y es recomendada por todas las religiones del mundo con más o menos restricciones en algún caso que en otro.
El ayuno no es solamente pasar hambre, sino que es “’ibada” (adoración), un acto de obediencia a Allah (subhanahu wa tallah), expresión de nuestro agradecimiento a Dios y al mismo tiempo entrenamiento espiritual.
Cuando hacemos el ayuno sentimos el hambre y aprendemos como aguantarlo pacientemente. El significado de esta experiencia nos permite conocer la paciencia y la generosidad, cultiva en nosotros el principio de amor sincero por que cuando observamos el ayuno, lo hacemos sin esperar nada de Allah.
El ayuno eleva el espíritu humano y aumenta nuestra conciencia de Dios, refuerza nuestra fuerza de voluntad y aprendemos a sobreponernos a nuestros deseos más bajos.
A lo largo de la historia, el ayuno ha sido una experiencia por la que el ser humano ha buscado dominar su cuerpo y sus emociones. El hambre es uno los impulsos mas poderosos que experimentamos. Así, cuando una persona se niega algo que le gusta a sí mismo, se eleva su mente sobre todo su cuerpo y sus pasiones carnales.
El Ramadán es también un buen tiempo para evitar algunas distracciones habituales de la vida, intensificar nuestras relaciones familiares, utilizar la energía en actividades más productivas para el intelecto y el espíritu, reservando algo de tiempo para el estudio y/o la lectura del Qur ‘an, las oraciones voluntarias, la meditación, y la contribución a causas sociales y humanitarias.
El ayuno nos hace conscientes de lo valiosas que son algunas pequeñas cosas a las que no damos excesiva importancia habitualmente, como son el alimento y el agua. Nos hace recapacitar acerca de nuestra dependencia de Dios y de su Misericordia.
Ramadán es un mes preñado de “baraka” por una razón especial: es el mes en el que Allah reveló su mensaje final para la humanidad a través del profeta Muhammad (s.a.w.s). Este mensaje se ha preservado perfectamente, primero oralmente y luego en forma de libro al que se llamó Qur ‘an, que en su sentido etimológico más estricto quiere decir “lectura-pronunciación” o Recitación.
Aunque, el propósito verdadero de Ramadán debería de ser disciplinar nuestra alma y nuestra conducta moral, es también objetivo del ramadán desarrollar la misericordia de nuestro corazón hacia las personas menos afortunadas en la vida, es un instrumento completo para nuestra evolución como seres humanos, en lo social y económico, en lo intelectual y físico, en lo espiritual y filantrópico, en lo privado y lo público, en lo personal y en lo común, en lo interior y lo exterior…, en todas las esferas de nuestra vida. Todo en uno.

Pero, Allah sabe más.

Hasan Maiga, licenciado en Ciencias Islámicas por la Universidad de Medina (Arabia Saudí)