Mezquita de la Meca, Hajj #Ramadan2013

martes, 31 de julio de 2012

Pensamiento Lateral: Adrián Paenza _parte VIII



6. Problema de Monty Hall

En un programa de televisión, el conductor hace pasar a su invitado a competir por el premio mayor: un automóvil cero kilómetro. En el estrado hay tres puertas cerradas. Detrás de dos de esas puertas, hay una foto de un chivo. En cambio, detrás de la tercera hay una reproducción del vehículo. El participante tiene que elegir una de las tres puertas. Y si elige la correcta, se queda con el automóvil.
Hasta aquí, no habría nada original. Sería un programa convencional de preguntas y acertijos de los múltiples que existen en la televisión. Pero el problema tiene un agregado. Una vez que el invitado "elige" una de las tres puertas, el conductor del programa, que sabe detrás de cuál está el premio, pretende colaborar con el participante, y para hacerlo, "abre" una de las puertas en las que él sabe que no está el automóvil.
Y después le ofrece una nueva chance para elegir. ¿Cuál es la mejor estrategia? O sea, ¿qué es lo que más le conviene al participante? ¿Quedarse con lo que había elegido antes? ¿Cambiar de puerta? ¿O es irrelevante a los efectos de incrementar la probabilidad de ganar?
En este punto, yo les sugiero que abandonen la lectura por un momento y se concentren en pensar qué harían. Y luego, sí, vuelvan para corroborar si lo que pensaron estaba bien o había algunas otras cosas para considerar.
(Ahora los imagino recién retornados.)
El problema presenta una arista anti-intuitiva. ¿Por qué? Porque la tentación es contestar lo siguiente: ¿qué importancia tiene que cambie o no cambie una vez que quedan dos puertas so lamente? Uno sabe que detrás de una de las dos está el automóvil, y en todo caso, la probabilidad de que esté detrás de una o de otra es la mitad.
Pero, ¿es verdad esto? Porque en realidad, más allá de la solución, los invito a pensar lo siguiente: ¿podemos ignorar que el problema no empezó con la segunda pregunta sino que en principio había tres puertas y la probabilidad de acertar era 1 en 3?

SOLUCIÓN:


SOLUCIÓN AL PROBLEMA DE MONTY HALL

En principio, cuando el participante hace su primera elección, tiene una chance de acertar entre tres. O sea, la probabilidad de que se quede con el automóvil es un tercio. Aunque parezca redundante, este hecho es importante: el finalista tiene una chance para acertar entre tres, y dos de errar.
¿Qué preferirían ustedes en este caso? ¿Tener dos puertas o una sola? Claramente, uno elegiría tener dos y no una. Eso significa que, al elegir una, se está en desventaja con respecto a las otras dos. Y por eso, si hubiera otro participante y a él lo dejaran elegir dos, ustedes sentirían que quedaron en inferioridad de condiciones. Es más: siguiendo con esta idea, es seguro que si hubiera otro participante que se quedó con dos puertas para él, en una de ellas habría un chivo. Por eso, no es una sorpresa que el conductor del programa abra una de las que le correspondió a el y allí no estuviera el automóvil.
En eso, justamente, radica la idea del problema. Es preferible tener dos puertas, que tener una sola. Y por eso, cuando a uno le dan la chance de cambiar, debe cambia inmediatamente porque aumenta uno las chances de acertar al doble, nada menos. Es que uno no puede ignorar que el problema empieza con las tres puertas y uno elige una de las tres.

Ahora, para convencerse aun más (si es que todavía le hace falta), veamos exhaustivamente todas las posibilidades.
Éstas son las tres posibles configuraciones:

          Puerta 1     Puerta 2     Puerta 3
Posición 1            Automóvil Chivo           Chivo
Posición 2            Chivo           Automóvil Chivo
Posición 3            Chivo           Chivo           Automóvil

Supongamos que tenemos la posición 1.

POSIBILIDAD 1: Ustedes eligen la puerta 1. El conductor abre la 2. Si ustedes cambian, PIERDEN.
Si ustedes se quedan, GANAN.
Es obvio que si el conductor hubiera abierto la puerta 3, el resultado sería el mismo.

POSIBILIDAD 2: Ustedes eligen la puerta 2. El conductor abre la 3. Si ustedes cambian, GANAN.
Si ustedes se quedan, PIERDEN.

POSIBILIDAD 3: Ustedes eligen la puerta 3. El conductor abre la 2. Si ustedes cambian, GANAN.
Si ustedes se quedan, PIERDEN.

En resumen, ustedes GANAN en dos de las veces si cambian y sólo GANAN una vez si se quedan. Es decir, GANAN en el doble de las veces si cambian. Esto que parece" anti-intuitivo" o que "atenta contra la intuición; debería convencerlos. Pero si aún no es así, les sugiero que se sienten un rato con un lápiz.
En todo caso, otra manera de pensarlo es la siguiente: supongamos que en lugar de haber tres puertas, hubiera un millón de puertas y les dan a elegir una sola (como antes). Por supuesto, como antes, sólo detrás de una hay un automóvil. Para hacerlo aun más evidente, supongamos que hay dos competidores: uno de ustedes y otro. A uno le dan a elegir una sola puerta y, al otro, le dan las 999.999 restantes. No hace falta que le pregunte si a usted no le gustaría tener la chance de ser el otro, ya que la respuesta seria obvia. El otro tiene 999.999 más posibilidades de ganar. Ahora supongamos que una vez elegida una puerta, el conductor del programa abre 999.998 de las puertas del otro en donde él sabe que no esta el automóvil y le da la chance ahora de elegir de nuevo: ¿se queda con la que eligió en principio o elige la que tiene el otro? Creo que ahora se entiende mejor (espero) que es conveniente cambiar. 
En todo caso, los invito a que piensen lo que sería tener que fabricar la tablita que aparece adjunta, pero en lugar de hacerla con tres puertas hacerla con un millón.