Por cierto que una de las buenas cosas que han ocurrido en América estos últimos años es la de reivindicación de Nani como Heroína Nacional en Jamaica. Nani fue una jefa de esclavos cimarrones y estuvo a la cabeza de unos esclavos cimarrones en Jamaica durante una buena parte del siglo XVIII y que era mitad gente y mitad diosa, o sea mitad mito y mitad realidad.
Se sabe que existía pero también se cuentan sobre ella muchas leyendas. Se dice que se lanzaba desnuda al centro de la batalla y que espantaba a los soldados ingleses por su desnudez maravillosa. También porque lucía collares hechos con sus dientes y que entonces les mostraba el culo y era la magia de Nani.
Que a su culo llegaban las balas y se convertían en copos de algodón, y por cierto que la leyenda y el mito son también fuentes de conocimiento de los que dispuso la memoria del vencido para no ser aniquilada. O sea, muchas veces cosas que de otro modo estarían ya definitivamente muertas, han seguido vivas gracias a que el mito las perpetúa o que las perpetúa la leyenda.
Y el mito y la leyenda son en el fondo metáforas colectivas, o sea, maneras de expresión que la historia encuentra para revelarse a pesar del silencio obligatorio, y a pesar de la obligatoria mentira.
El mito, por citarte un ejemplo, el mito de Túpac Amaru... verdad... es de una tal hermosura. Cuando matan al primer Tupac Amaru en la plaza del Cusco y lo decapitan, nace el mito de inmediato esa misma tarde nace el mito anónimo, inexplicable, misterioso en la multitud que asiste a la muerte, que asiste llorando a la ejecución, el mito de la cabeza que va a encontrarse con su cuerpo y durante dos siglos la gente sigue creyendo que aquella cabeza se va a encontrar con su cuerpo y se encuentra.
Porque dos siglos después, exactamente dos siglos después se alza un cacique con nombre ya ignorado pero que elige llamarse como un hombre jamás olvidado porque elige llamarse Túpac Amaru.
Túpac Amaru II, el segundo Túpac Amaru o quizás el primero que ha vuelto al mundo tal como estaba anunciado porque su cabeza se ha juntado finalmente con el cuerpo y entonces se convierte en el protagonista de la revolución más formidable que ha tenido lugar en el mundo andino.
En todos los tiempos, continuamente hay mitos que si usted diría que más que enriquecer la historia la revelan, que la expresan... verdad... entonces me parece que es muy tonto no hacer caso de esos mitos como si no fueran científicamente posibles.
Pero me resulta particularmente doloroso que en países como este, como Ecuador, como Guatemala o como Perú, o como por ejemplo México, que son países que tienen la suerte de contar con una población aborigen inmensamente grande, inmensamente grande y de la que tanto tendrían que aprender, yo no termino de creer que las cosas a veces oigo en este país.
Que en el Ecuador se le grite "verdugo" al indio como ocurre en la calle. Que se le grite verdugo a la víctima, es parte del sistema de paradojas que hace que la cárcel de presos políticos en Uruguay se llame "Libertad", por ejemplo.
O parte del sistema de paradojas que hace que los indios que debieran ser privilegiados en América porque fueron los primeros habitantes de estas tierras y son los depositarios de su mejor memoria sea tratados como son tratados, los últimos de la fila aquí, casi como los negros de Sudáfrica. Pero no solo aquí. No solamente aquí se les niega el derecho de tener religiones. No pueden tener más que supersticiones.
No practican arte, nada más que artesanía. No hablan lenguas, sólo dialectos.
En el fondo no son más seres humanos. Nada más que recursos humanos, brazo barato quizá disponibles en los suburbios de las ciudades donde llegan corridos por el desamparo, para convertirse en mendigos, putas y delincuentes.
Si algún sentido tiene, si algún sentido tiene la conmemoración de 1492, si algún sentido tiene, es el sentido inverso al sentido que se le está dando. Si algún sentido tiene esa conmemoración, tendría que ser una conmemoración de la resistencia, de la casi inexplicable capacidad de resistencia de los más castigados, de los más perseguidos que han sabido guardar para la humanidad entera y no sólo para ellos mismos, lo mejor de estas tierras que es la memoria delas comunidades como posible modo de producción y de vida.
América, que hoy es el centro del imperio, de la codicia, puede ser mañana el centro de un mundo que sea una casa de todos y no un campo de concentración, un mundo que no sea lo que quizás el mundo quiso ser cuando todavía no era y que ha sabido además guardar la memoria de otras cosas que son imprescindibles, fundamentales para que la condición humana tenga sentido, para que la aventura de vivir en el mundo no sea una continua invitación al dolor y a la muerte, como por ejemplo la relación de identidad con la naturaleza en un embudo como el nuestro, donde se ha envenenado el aire, se ha envenenado la tierra se ha envenenado el agua y se ha envenenado el alma.
Cómo no va a ser importante el regalo histórico de la cultura para los cuales la naturaleza no sólo es energía porque nosotros somos hijos de ella. Cultura que nunca terminó de entender que la tierra pudiera ser vendida porque cómo va a ser vendida la madre, y que también por último, han sabido perpetuar para nosotros para todos una memoria de la libertad, de la democracia de la dignidad.