Llegados a estas fechas previas al bendito mes de Ramadán,
muchos nos preguntan a los musulmanes ¿por qué ayunar, para que sirve eso?.
Todos sabemos que el ayuno en el mes de Ramadán es obligatorio,
además es altamente recomendable en meses como Rayab y Sha’ban, así como en
muchos otros días a lo largo del año hasta sumar más de 180 días recomendables
en el presente año 2012.
Pero ciertamente, ¿para qué sirve ayunar?. La respuesta básica
es que el ayuno es una vía para la formación del ser humano.
El ayuno es una práctica destinada a limpiar y purificar el
alma, y un método para que el ser humano pueda dominar su propia voluntad así
como para luchar contra sus deseos desenfrenados, para de este modo intentar la
perfección y el acercamiento a Allah (SWT).
El ayuno por sí mismo tiene efecto en el cuerpo y el alma del
ser humano, y es uno de los favores de la misericordia de Allah que permite
beneficiarse a todos, ricos o pobres, por igual. Pero si este acto de culto se
realiza acompañado de un sentimiento espiritual y moral correctos, sin duda el
resultado del ayuno será mucho más efectivo en el propósito de acercar al ser
humano a la perfección. Por ello el ayuno de una persona común es diferente al
de alguien que cruzó los diversos grados de abstinencia y perfección humana, y
ha obtenido la moral Divina.
El ayuno presenta efectos tanto en lo individual como en lo
social. En el primero de los aspectos podemos destacar:
El fortalecimiento de la resistencia y la paciencia, siendo esta
una de las virtudes morales cuya obtención más se ha enfatizado, ya que con
ella se pueden enfrentar los altibajos, las dificultades, las desgracias, etc.,
que nos encontraremos en nuestro camino hacia la cercanía de Allah (SWT), y en
nuestra vida en general.
El ayuno, en especial el ayuno del mes santo de Ramadán, ofrece
tranquilidad al alma del ayunante manteniéndolo lejos de cualquier
preocupación. Por una parte porque lo hace llegar al nivel de la paciencia, y
hace que el ser humano paciente domine su alma y así pueda seguir lo que dicte
su intelecto, pudiendo de esa manera entregarse a Allah (SWT). Por otra parte
porque el ayuno es una forma de recordar y adorar a Allah en forma práctica, y
el recuerdo y la adoración a Él provocan tranquilidad en las almas.
Refuerzo en la creencia en la Otra Vida, puesto que el ayunante
a través del hambre y la sed que experimenta recuerda el hambre y la sed del
Día de la Resurrección, alertándolo y propiciando así que este prepare los
suministros y provisiones para ese día.
El ayuno igualmente ayuda a controlar las pasiones, evitando de
esa manera la lejanía del favor Divino. El ayuno propicia la austeridad y la
moderación lo que a su vez fortalece en el ser humano el poder de autocontrol
de los pecados y lo hace dominar sobre sus deseos.
Por último, entre los aspectos individuales del ayuno, podemos
citar el fortalecimiento de la devoción que el mismo provoca en sus
practicantes.
Respecto a los efectos sociales del ayuno podemos mencionar:
El florecimiento del sentimiento de compasión con los
necesitados. El ayunante con el hambre y sed temporal que sufre, comprende
mejor la situación de aquellos cuya hambre no es algo temporal y voluntario,
haciendo que el ayunante comprenda la situación de los desposeídos y abra su
corazón al respeto de los derechos de estos. Allah (SWT) quiere que entre sus
siervos exista igualdad y mediante el ayuno da a probar al acaudalado el sabor
del hambre, de los dolores y los sufrimientos, para que se apiade de los
débiles y hambrientos.
El ayuno prepara en el ser humano para los asuntos espirituales,
y es un factor para alejarlo de las irregularidades sociales propiciando la
buena relación con sus prójimos. Lógicamente esta influencia se manifiesta más
durante el bendito mes de Ramadán por ser este el momento en el que toda la
comunidad se encuentra ayunando.
La creación de un ambiente espiritual en la sociedad y la
disminución de los daños sociales, pues el ayuno crea un ánimo de abstinencia y
autocontrol en el ser humano que con el paso del tiempo tiene un efecto directo
en la educación espiritual de cada uno de los integrantes de la sociedad. La
mayoría de los pecados individuales y sociales brotan de dos raíces; la cólera
y la pasión, y el ayuno impide la rebelión de estos dos instintos. Por ello
provoca la disminución de la corrupción en la sociedad.
Es seguro que la sociedad en la cual la mayoría de su gente
ayuna, en especial el mes santo de Ramadán, contará con un ambiente espiritual
especial que propiciará la convergencia social y la disminución de los daños
culturales y sociales.
Estos son, en pocas palabras, los efectos formativos que el
ayuno provoca en el ser humano, cuya búsqueda debe ser el objetivo final de
este ayuno.
Todo el folclore que en diferentes lugares rodea a estas fechas
del bendito mes de Ramadán, no tiene sentido alguno si tras él no se persiguen
los objetivos antes mencionados. Si todo queda en esas luces, decoraciones,
comidas y festividad, si lo único que ansiamos tras un día de abstinencia es
una suculenta mesa, el ayuno simplemente se convierte en una absurda
mortificación física.
Mikail Alvarez Ruiz
http://www.ribatal-andalus.org/index.php/islam/introduccion-al-islam/367-iporque-ayunar.html