El origen del término shahada
(testimonio) en lengua árabe es ‘comparecencia, conocimiento y declaración con
arreglo a ese conocimiento’. De ahí que la frase “No hay más Dios que Dios y Muhammad es su
profeta” se denomine shahada,
es decir, una declaración tajante y una conviccion firme corroborada por su
autor. De ahí también la profesión de fe durante la oración cuando decimos: “No
hay mas Dios que Dios y Muhammad es su siervo y mensajero”.
El shahid
(mártir) es quien muere por la causa de Dios. En lengua árabe el término shahid significa
‘el viviente’ (contrapuesto a muerto): aunque alguien consiguió matarlo, Dios
se empeñó en mantenerlo vivo.
Dijo Dios: “No
creas que quienes mueren por la causa de Dios están muertos sino que están
vivos y cerca de su señor reciben su sustento.” (Surat al Imram).
Sus almas se han instalado en el Paraíso mientras que el resto
esperan en sus tumbas el dia del Juicio. Según palabras del profeta: “Las almas de los mártires
están en las vesiculas de unos pájaros verdes que se alimentan de las hojas del
Paraíso”.
La justicia divina ha determinado la equidad desde el principio y
que cualquiera que fuera privado de placer en la vida, Dios le recompensara en
el Paraíso si es paciente. Por eso dijo Dios: “concederé a los pacientes recompensas sin límite”
(lo relató Bujari). La norma es que toda la gente muere.
Quien fallece de forma no natural, por enfermedad, incendio,
naufragio, o asesinato, es ante los ojos de Dios, un mártir. Es decir, que Dios
y sus ángeles dan fe de que merece el Paraíso.
Esto en sentido absoluto. Aunque no sepamos de alguien en concreto
que es de la gente del Paraíso se lo deseamos y rogamos por él. Imploramos a
Dios que nos salve de un final nefasto. Abundan las tradiciones donde, en toda
muerte anormal como las referidas, se considera al fallecido como mártir, según
han dictaminado los sabios del Islam, desde la antigüedad hasta nuestros días.
Así exige la justicia divina recompensar a los afligidos a los pacientes y a
los agraviados.
Según la tradición, el profeta preguntó a sus compañeros:
—“¿A quienes consideráis como mártires entre vosotros?”
—“Oh enviado de Dios —dijeron— todo el que muere por la causa de Dios es un
mártir”.
—“Los mártires de mi nación son entonces pocos”,
replicó.
—“¿Quiénes son, oh enviado de Dios?.”
—“Quien ha sido asesinado por la causa de Dios es mártir. Quien
muere por una epidemia es mártir. Quien muere en el vientre de su madre es
mártir. Quien muere ahogado es mártir.”
(Lo relató Muslim)
El enviado de Dios distinguió entre quienes han sido muertos por
un motivo y quien murió en la batalla:
—“Muere en la batalla todo aquel que hizo buenas obras o mejoras o
procurando el sustento de sus hijos y familiares.
—Quien muere mientras manipula una máquina en un trabajo que
beneficia a la gente es un mártir.
—Quien muere cumpliendo su trabajo en el lugar de su negocio con
el afán de procurar sustento a sus hijos y familiares es un mártir.
—Quien muere defendiendo sus bienes es un mártir.
—Quien abandona su casa para emigrar por la causa de Dios y su
Enviado y muere en el empeño tendrá una magnifica recompensa.”
(Lo relataron Bujari y Muslim)
Dijo Al-Qurtubi:
“Abu Hanifa dijo que no se lava (gusul) a quien es matado injustamente,
pero sí se hace la oración por él y por todos los mártires (shuhadá)”.
Según estas palabras, el musulmán muerto injustamente es
considerado mártir (shahid).
Y Dios, ensalzado sea, es más sabio.
Mustafa Kamal
Fuente: Verde Islam